Como Wonka, Puma es una marca que no parece estar preocupada por los tradicionales indicadores de eficiencia empresarial. En lugar de eso, Puma pone siempre a su marca en primer plano y busca maneras originales de sorprender y divertir al consumidor.
Los clientes que se pasean por la nueva tienda londinense de Puma oyen a menudo sonar un teléfono rojo. Quien se atreve a responder a este teléfono, bautizado con el nombre de “UnSmart Phone”, oye chistes y ruidos divertidos como los mugidos de una vaca. Con todos estos trucos “marketeros”, Puma pretende mostrarse a sus clientes como una marca divertida y que no se toma a sí misma demasiado en serio.
Para hacer más sencilla la experiencia de compra a sus clientes, la tienda de Puma en Londres está equipada con varios iPads que permiten al consumidor comprar productos directamente desde la tienda online de la marca deportiva. De esta manera, el cliente puede comprar el producto en la talla y color deseados y evita tener que ir cargado con bolsas a casa.
Según Petrick, la tecnología presente en la tienda de Puma en Londres pretende sumergir al consumidor en el universo de la marca y hacerle sonreír. De esta manera, el cliente recuerda las experiencias allí vividas y habla de ellas con sus amigos. Para Puma, que sus clientes hablen de ella a otras personas es el mayor éxito.
“Los canales no importan. Hay que pensar primero en la marca, generar después ideas y dejar que esas ideas nos lleven después al canal. El canal es la última cosa en la que pensamos. Hemos aprendido que lo verdaderamente importante es entregar al consumidor la marca, no la tecnología”, señalaba Petrick en la conferencia “ANA Mobile Marketing”.
Puma Factory, una plataforma de personalización basada en tablets, permite que los clientes de Puma diseñen desde su casa o desde las tiendas de la marca sus propias zapatillas personalizadas. “Es una experiencia táctil y también social”, apuntaba Petrick. “La gente se arremolina alrededor de los tablets de Puma Factory”, indicaba.
“Sé lo que estáis pensando”, decía Petrick. “No estamos entregando demasiado al cliente salvo un pequeño pedacito de branding. Eso es porque nuestras reglas del juego son diferentes. Queremos proporcionar a la gente un tipo diferente de experiencia porque eso es lo que realmente recuerda”, indicaba Petrick. “Todo lo que hacemos es intentar contagiar a la gente de nuestra marca”, concluía Petrick.
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